Se reexamina el concepto de crisis en un intento de precisar las características de este particular estado sistémico, un estado que, en determinadas ocasiones, lleva al sistema a una apertura sobre el interviniente. Para ello, se establece un paralelismo entre la crisis, el accidente que afecta al sistema humano, y la avería, el accidente que afecta al sistema mecánico. Esta comparación lleva a recordar ciertas propiedades específicas de los sistemas humanos: el cierre funcional, la autoposesión, pero también, y sobre todo, la necesaria modelización de sus propias estructuras que integra los dos niveles distintos de pertenencia de estos sistemas -pertenencia al mundo biológico- pertenencia al mundo simbólico. Se distinguen dos tipos esenciales de crisis en los sistemas humanos -crisis autorreferencial y crisis heterorreferencial- según el lugar del referente que introduce una duda en el modelo. Por último, se extraen algunas conclusiones sobre el sentido de la petición de ayuda y sobre la función lógica del interviniente.